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retratos corporativos frescos
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Un buen retrato corporativo es aquel que transmite profesionalidad y confianza, al tiempo que muestra la personalidad de la persona de forma acorde con su sector y función. Los elementos clave son:
- Iluminación de calidad: Una buena iluminación es esencial para evitar sombras duras o luces demasiado brillantes, asegurando que los rasgos del sujeto sean claramente visibles y favorecedores.
- Composición profesional: La foto debe centrarse en la persona, normalmente encuadrada de hombros para arriba, con un fondo limpio que no distraiga.
- Vestimenta adecuada: La ropa debe ser profesional y apropiada para el campo de trabajo del individuo, con colores sólidos o estampados sencillos.
- Expresión natural: Una expresión genuina, ya sea una sonrisa o una mirada más neutra, que transmita cercanía y confianza.
- Contacto visual: El contacto visual directo con el objetivo de la cámara ayuda a crear una conexión con el espectador.
El mejor color para la ropa en un retrato corporativo suele ser un color sólido y neutro que complemente el tono de piel de la persona sin sobrecargar la foto. Los colores clásicos como el azul marino, el gris, el negro y el blanco son universalmente favorecedores y transmiten profesionalidad. Los colores brillantes pueden funcionar, pero deben elegirse con cuidado para que no distraigan la atención del rostro. Evita estampados o logotipos demasiado recargados que puedan desviar la atención del foco principal: tu cara y tu expresión.
Un headshot profesional tiene un aspecto pulido e intencionado, con el sujeto presentado bajo la mejor luz posible. Entre sus características se incluyen:
- Enfoque nítido: El rostro del sujeto, especialmente los ojos, deben estar nítidamente enfocados.
- Fondo neutro: Un fondo sencillo o profesional que no distraiga del sujeto.
- Vestimenta profesional: El atuendo debe ser limpio, bien ajustado y adecuado a la profesión del sujeto.
- Encuadre adecuado: El plano suele ser de hombros para arriba, centrado y recto, dejando algo de espacio por encima de la cabeza.
- Iluminación equilibrada: La iluminación debe ser uniforme y favorecedora, evitando las sombras duras o las zonas demasiado brillantes.
- Postura y expresión naturales: Transmite confianza y accesibilidad, adecuadas para el sector del sujeto.
Posar para un retrato corporativo implica unas cuantas pautas sencillas para garantizar una imagen profesional y favorecedora:
- Postura: Ponte de pie o siéntate recto con los hombros hacia atrás para transmitir confianza. Evita encorvarte.
- Ángulo: Inclina ligeramente el cuerpo hacia la cámara (unos 45 grados) y gira la cabeza hacia el objetivo para conseguir una pose más dinámica. Esto también puede adelgazar.
- La cara: Mantén la barbilla ligeramente levantada para evitar la papada. Una ligera inclinación de la cabeza puede añadir interés.
- Ojos: Mira directamente a la cámara para crear compromiso con el espectador.
- Expresión: Practica una sonrisa natural y relajada o una expresión seria pero accesible, según tu imagen profesional.
- Las manos: En los retratos, las manos no suelen estar en el encuadre, pero si lo están, mantenlas relajadas y en una posición natural.